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Cómo organizarse para estudiar

Cómo organizarse para estudiar

‘Mañana empiezo, seguro’, ‘antes de ponerme tengo que ordenar la habitación’, ‘veo este capítulo y empiezo’… los procrastinadores tenemos cientos de excusas para posponer el momento de ponernos de verdad a hacer algo. Y estudiar da pereza, para qué vamos a negarlo. Siempre hay algo mejor que hacer y aunque no sea mejor, también vale. Entonces ¿cómo evitar el estrés, los agobios y esa nube negra que parece cernirse sobre nosotros cuando se aproxima la fecha del examen sin haber leído ni una página? Organizando el tiempo, planificando lo que vamos a hacer cada día dejando tiempo para el descanso y el ocio, y estableciendo metas realistas. Te prometemos que después de haberlo probado casi todo (incluido lo de ‘si encesto esto en la papelera apruebo fijo’) la buena gestión del tiempo es el único método eficaz de estudio.

¿Por qué es importante tener una buena organización?

No se trata de organizar cada segundo de tu día ni de obsesionarte con calendarizar hasta las visitas al cuarto de baño, sino de evitar agobios, la sensación de que te falta el tiempo y, en última instancia, un suspenso como una catedral de grande.

Con lápiz y papel, sumando el tiempo con el que cuentas y el volumen de estudio que tienes que asumir, planificar qué vas a estudiar cada día y el tiempo que vas a dedicar semanalmente a cada tarea, te ayudará a:

  • Aprobar sin presiones de última hora.
  • Evitar las noches sin dormir.
  • Disponer de tiempo para descansar, hacer deporte o tomarte algo con los amigos (porque el tiempo libre también forma parte de la organización de tu estudio).

6 consejos para mejorar la organización en el estudio

Como ¿a quién no le va a gustar una lista? Hemos preparado una con los seis consejos que mejor nos han funcionado a la hora de organizar nuestro tiempo de estudio. Se tratan de tips fáciles para maximizar la eficiencia sin atracones de última hora. ¡Allá vamos!

Establece metas y plazos

Regla número uno: jamás subestimes el poder de la motivación. Establecer objetivos realistas a corto plazo y cumplirlos, por supuesto, aumenta nuestra satisfacción y nos empuja a seguir adelante con la sensación del deber cumplido. Crea un calendario y fija lo que tienes que conseguir al final de cada día o semana. Si no lo haces, la sensación de enfrentarte a una tarea demasiado extensa puede desmotivarte, lo que reducirá tu capacidad de concentración.

No pienses en todo lo que tienes que estudiar antes del examen y céntrate únicamente en lo que tu calendario marca para hoy. ¿Lo has conseguido? ¡Enhorabuena! Ahora toca descansar y mañana, como dice tu madre, será otro día.

Crea un horario que puedas seguir

Regla número dos: no por estudiar más horas vas a avanzar más rápido, a veces cinco horas cunden más que diez. Nos explicamos. Si sabes que después de comer te entran unas ganas terribles de dormir, escucha a tu cuerpo y no pienses que de tres a cuatro de la tarde vas a avanzar demasiado. Con esto queremos decir que el horario que establezcas para el estudio tiene que estar hecho pensando exclusivamente en ti, así que créalo con la convicción de que puedes seguirlo.

Ten en cuenta cuáles son tus horas del día más productivas, esas en las que estás más despierto y te sientes con más energía. Además, divide el temario o las asignaturas estableciendo prioridades y niveles de dificultad. Es decir, si a primera hora tienes más fuerzas, acomete en ese momento el estudio de lo prioritario o de lo más complicado y deja para el final de la jornada las tareas más livianas o que requieran menos esfuerzo. La rutina, en este caso, te será de gran ayuda.

Utiliza un sistema de notas o de esquemas eficiente

Regla número cuatro: la capacidad de comprensión lectora y de realizar buenos resúmenes y esquemas guarda el secreto del éxito. ¡Pero no te preocupes si no es tu caso!, todo se puede aprender. Leer atentamente extrayendo las ideas principales, subrayar lo importa, redactar resúmenes y hacer esquemas nunca es tiempo perdido. Hay quien cree que es mucho más rápido ponerse a hincar los codos directamente, pero no es cierto. Si no comprendes bien lo que estudias e intentas memorizar gran cantidad de información sin comprender nada, perderás tu tiempo y fallarás en el examen.

Descansa con regularidad

Regla número cuatro: el cerebro es una máquina que necesita descanso y alimento. Si pretendes estudiar demasiadas horas seguidas sin hacer pausas tu capacidad de concentración y retención disminuirá enormemente. De hecho, hay quien puede estudiar dos horas seguidas y quien sigue técnicas como la ‘Pomodoro’ (que consiste en estudiar 25 minutos y descansar 10).

E igual de importante que respetar los tiempo de descanso y sueño es practicar ejercicio. De hecho, según este estudio practicar ejercicio cuatro horas después de haber estudiado aumenta la actividad del hipocampo consolidando en nuestra memoria lo que hemos aprendido.

Elimina distracciones y estudia en un lugar tranquilo

Regla número 5: si estás mirando el móvil cada cinco minutos el estudio no será muy fructífero. Hay consejos para los que basta con aplicar el sentido común. Si estudiamos con la tele de fondo o con el móvil a mano y contestando a los wasaps que nos llegan la concentración disminuye y no prestaremos la atención debida al estudio. Si pagas por ver una película en el cine, ¿estás mirando el móvil? (esperamos que tu respuesta sea que no, de lo contrario, necesitas ayuda). No tendrás que estudiar 8 horas al día si estudias 5 dedicándole toda tu atención y disciplina. Haznos caso: ahorrarás tiempo.

El lugar escogido también es importante, una habitación despejada y tranquila, sin ruidos y con espacio para tus apuntes y libros.

Haz ejercicios de repaso con regularidad

Regla número 6: no dejes en el olvido lo que has estudiado hace dos meses. Dentro de tu calendario establece tiempo para repasar, cada cierto tiempo, lo que has estado estudiando. Los repasos regulares, aunque sean rápidos, sirven para fijar la información y los conceptos clave.

Por último, no te desanimes aunque haya días malos o no siempre cumplas lo que te has propuesto. La perseveración es la única aliada que necesitas. ¡Suerte!

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